domingo

PUPILA CIEGA


El tren que verborrea  está punto de largar
con su pito pito
y está a punto de parir con celo.
Las estrellas de esta noche perseveran en la línea de partida.
Tú ves su luz estática y yo la veo como un trazo.
porque pasas. Yo me quedo.

Te ves muy preocupada de mi mudez maligna
ni sospechas lo que pesa querer y no poder
amar sin honorarios.

La noche está llena de grafittis, de mensajes indecentes
de lectura dolorosa en los fulgores estelares
de eruptivos calendarios sin hojas de servicio y corceles
con palabras pegajosas
como lealtad,  por ser un ejemplo familiar.

Lo correcto, por decir de un frío musculoso
con mariposas esenciales, crucifijos homicidas 
desa estrella tuya y vespertina
que es tan fría cuando no escucho el profundo amor
que  le prodigas a la punta de mis pies acantilados 
es el abismo de tu celo.

No sé qué hacer con ello.

Las estrellas de esta noche esperan
quietamente ausentes porque no llegas al trayecto prometido. 
No estás
una vez más.
Y yo no llego
como siempre.

Hacen ronda estos versos venenosos
me trasnochan traicioneros y hechiceros
iluminan los puntos de las viriles ies
con vocal de espuma manuscrita
y que abruman con su luz incompetente
cuando espero.

La estrella es la misma que envenena
con su testimonio de inciviles eruditos
la piel de mi delirio en plena edad feraz

Clava en mi ángulo superior derecho la palabra muero
de esa estrella lateral que complementa
en la animal pupila del nombre conceptual que significa
mi vulgar palabra obscena
por lo demás de ti siempre lejana.

No sé qué hacer.