Mira,
mis amores están todos en sepelio.
Me enamoro de los cantos de sirena
como si fuera siempre joven.
Mis banderas son
la amapola para el siempre que me queda
y la arenga revolucionaria,
esa por la cual batallo donde quieras.
También una sonrisa abierta en cualquier calle,
de cualquier patria bastaría
En ella devaneo y pololeo
porque es mi bandera que flamea
Yo amapolo apenas
tú amapolas flor
y amapola ella
Amapolamos lo efímero y precoz
Amapólais vosotras las traiciones
y se amapolan soportando cualquier verso
los años azarosos
Para esta etapa de la vida te aconsejo
sacar los corchos a golpes de cuchillo
beber el vino de vides tenebrosas
nadar en la piscina como un pez
sombrear como raíz
mecer apenas verde la brisa amada que se pisa
y permanecer exactamente a la deriva
como telaraña nueva entre semillas de amapolos viejos.
Pétalo apenas,
que ha caído sobre el campo de batalla
mi vida simula una bandera enflorecida
a la nada destinada
pero inmersa en la fotografía
pero inmersa en la fotografía
de la ilusión que mira
con tus ojos silabarios
con tus ojos silabarios
está mi fúnebre fachada.
Navego sin preocupaciones por los muslos, senos
de viejas librerías y las nalgas de la cordillera
acunando siestas y bautizos
como lo haría una bandera dibujada en tu saliva.
Es el humo de mi chimenea lo que ondea
por la rotura de tus vidrios
y que la ruta de pretéritos navíos guillotina
Los piedrazos en las vidrieras de mis sesos
los detengo y los esquivo
con la muscular satisfacción
de un muerto vivo.
de un muerto vivo.
Mis lecturas son perfectas y profundas
y alcanzan hasta el circo de mi infancia,
las crucifixiones, los orfeones
y se detienen ingrávidas sobre toda tu belleza.
Y los viejos partenones
siguen empolvando los violines
A pesar de las venganzas y ventiscas
pasan quietos por mi axila bandolera
Los pájaros que invadían todo el cielo
cantan todavía a la vera del olvido
anidando quietos y soberbios
en mi dulce pajarera.
en mi dulce pajarera.
En el mar como adusto pasajero
viaja contra el viento un amor que siento
pero viajas tú a favor de mis palabras
viento con tu popa salvavidas.
Con mi pensamiento leve en la cubierta
me sostengo como padre más que amante
y en lugar de inundarte con mis besos
se me salen los consejos y mis vicios.
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