Todo es éxtasis, éxtasis de vida
El horizonte se aproxima y crece.
Cúpulas doradas en el amanecer de rosados dedos;
invertíos a recibir el zumo de las nocturnas uvas.
Para los elegidos que renacen
ya se embriaga el día del hombre Ai Trufus
resucitado ya mil veces
en éxtasis total y éxtasis letal.
Ruta de las aguas primitivas
humedécelos en el sentido de las flechas de Cupido
y traélos a casa.
Este himno nace
en el vivo altar dispuesto en el hogar
donde el afecto se derrama abierto
y espera en el grial paciente
de todos los corazones que regresan.
Éxtasis total y éxtasis letal
para los elegidos.
Éxtasis total y éxtasis letal
para los que regresan.
¡Apuraos! ¡Urgíos!
Que se acaba el agua a los sedientos
caldos, emulsiones y escaldados
Bendecidos y eternos sed ungidos
en éxtasis letal y éxtasis total
Son recién nacidos los colmados de verdades
los que vienen
son recién nacidos los colmados.
Las fuentes del brebaje están dispuestas
para los de limpio corazón
La sed devoradora pide nueva vida y fortaleza
que sólo al encuentro de henchidos principales
por fuertes gallardos y galanes
colma apetitos y bravezas.
Limpios de nombres
limpios de títulos precisos
permanezcan alzando sus barítonos
colgando de la cornisas de los vasos
como serafines extraídos de las uvas y sus pupas.
Bebed
hasta que muera la última gota de la madrugada.
Bebed
hasta que muera el último sediento.
Bebed
hasta que se acabe todo el derrame del encuentro
y no queden humedales.
Regresen a sus casas
con sus nuevas pieles
rutilantes
a su danza nupcial saciados
para resucitar cual cigarras y petardos
más ardientes que el ocaso
más ardientes que las brasas nuevas.
Regresen a vivir letales como rayos
como explosiones de la ira que nunca es suficiente
y que el sol de amanecida derrame el nuevo día
si se atreve.
Gloria a los jubilosos que se esparcen por el mundo
Gloria al hombre Ai Trufus
que el éxtasis total y el éxtasis letal
de los mansos pulcros y benditos
llene la Patria de vuestros intelectos.
.