martes

PASÓ



Pasó
mirándome a los ojos
como si estuviera abandonada
y me estremeció en esa acometida
porque así es el caos en el espejo
cuando se contempla una belleza
y tú estás parado en una puerta
pensando que la sueñas.

Me dijo:
quisiera sentarme en tus rodillas.
Nunca esperé que ello ocurriera.
Y sus palabras eran tajantes
porque sólo así se expresa una belleza.

Había
si no recuerdo mal
algún anillo en el dedo de la novia
y su blancura era ceniza blanca.
Eso es
lo que siempre sobra de las brazas
cuando se carece de certezas.

Me dijo :
No te quejes.
Y yo me sorprendí de mi obediencia.
Pero es normal
Así ordena una impecable de tal naturaleza.

Mi estado de salud era perfecto
pero me sentía mal
cuando mecía su osamenta
al nombre que ella no podía conocer
porque la boca no era mía.
Era del asombro solitario
mirando una belleza.

Pasó
con su cruda languidez
y su impávida pose de divina
como pasan todas las cosas de la vida
que sólo alcanzan a promesa.