Vi caer una estrella
y me la comí con todas sus chispas,
lo hice
para que te estuvieras conmigo primero
y apagues de una vez por todas
los fuegos fatuos de mi albor somero.
El bajo vientre me arde
mi ninfa
con tu transparencia fueguina.
Tu inmenso cometa con llama intestina
me quema todos los sueños de antes
y las goteras del oro tuyo tan rubio
me recuecen las perlas blancas
de los dientes míos como si fueran las brazas
Estás blanca de miles de playas que faltan
Pero me gusta tu nieve que arde
y me dices ardiendo en mi cuello
el amor no es la tierra que apaga los fuegos.